El etiquetado que Estados Unidos busca incluir en los productos cárnicos que se venden en el mercado estadounidense podría ser discriminatorio para los artículos mexicanos que se exportan hacía ese país, denunció Mónica Lugo, directora de relaciones institucionales en la consultoría Prodensa.
Dentro del plan de acción de la administración Biden para tener una cadena de cárnicos más justa, competitiva y resiliente, se busca emitir nuevas reglas de etiquetado "Producto de Estados Unidos".
Esta propuesta es justificada bajo el argumento de que con ese distintivo, los consumidores de Estados Unidos pueden entender mejor de dónde viene su carne.
Con la información que se ha dado hasta el momento, esta medida se consideraría discriminatoria y violatoria al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como a los principios de la Organización Mundial del Comercio (OMC), destacó Lugo.
De acuerdo con el capítulo de Obstáculos Técnicos al Comercio del T-MEC, no puede haber un trato discriminatorio a los productos extranjeros sobre los nacionales (en este caso los estadounidenses).
"Cualquier acción que pueda configurarse como un intento por reinstaurar el etiquetado de país de origen para productos cárnicos sería incompatible con las reglas internacionales del comercio.
"(Además), también con las obligaciones de Estados Unidos en el marco del T-MEC y la OMC", refirió la Comisión Especial de Seguimiento a la Implementación del T-MEC del Senado mexicano en una carta enviada, la semana pasada, a la secretaria de Economía.
En julio de 2012 México ganó, en la Organización Mundial del Comercio (OMC), un caso en contra de Estados Unidos, quien quería imponer el Etiquetado de País de Origen (COOL, por sus siglas en inglés) en productos cárnicos, con el fin de que los consumidores identificaran el país de origen de esos alimentos.
La medida llevaría a un engaño para que las personas crean que la carne que van a comprar sería de mejor calidad si es originaria de EU o lleva ese etiquetado, que la de México u otro socio comercial, cuando no es el caso, destacó Lugo.
En consecuencia, los productores mexicanos que exportan a EU podrían incurrir en gastos adicionales para separar su mercancía de la estadounidense, que sería a través de un proceso específico para cumplir la regulación, comentó Mónica Lugo.
Por lo que sería más costoso para los exportadores mexicanos llevar sus productos a ese país, a su vez, esos costos altos provocarían una distorsión al comercio internacional, agregó.
Fuente: Reforma
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